martes, 18 de octubre de 2011

El amor tiene límites

El límite lo define tu integridad, tu dignidad, tu felicidad. El límite de lo aceptable se traspasa cuando tu vocación y anhelos pasan a un segundo plano, cuando la vida comienza a convertirse en algo tan predecible como inseguro, cuando el “ser para el otro” te impide el “ser para ti”.

Si te pasaste de la raya y estás en el lado oscuro del amor, es probable que quieras regresar a lo que eras antes, a la tranquilidad de aquella soledad bien llevada.

Cuando establecemos las condiciones de un amor de pareja saludable, definimos una zona, una demarcación realista más que romántica, a partir de la cual una relación debe terminarse o transformarse, así el sentimiento amoroso exista. Pasar los límites de lo razonable (v.g. respeto, maltrato, infidelidad, desamor) no implica que el afecto tenga que disminuir necesariamente, sino que a partir de ese punto, el amor por sí solo no justifica ni valida el vínculo afectivo debido a los costos psicológicos, morales, físicos y/o sociales. En una relación de pareja constructiva, lo que en verdad interesa es la conveniencia/congruencia interpersonal, es decir, qué tanto la persona que amas le viene bien a tu vida y qué tanto concuerda con tus metas, intereses y necesidades, e igual para el otro lado.  A partir de ciertos límites (cuando no te aman, cuando se ve afectada tu autorrealización o cuando vulneran tus principios) el amor propio y el autorrespeto comienzan a trastabillar y la dignidad personal pierde su potencia, así el amor insista y persista.

Si en verdad, tal como dicen algunos filósofos, el amor “verdadero” no tiene límites intrínsecos, pues, en las relaciones de carne y hueso habrá que ponérselos. Esto no implica “amar menos”, sino amar de una manera realista y decorosa. Es cierto que a veces no tenemos el poder de desenamorarnos a voluntad, pero sí podemos dejar de magnificar el amor y alejarnos de una relación afectiva destructiva, así sea con esfuerzo y dolor. Autocontrol, sufrimiento útil, lucidez de una mente pragmática. Dejar el alcohol gustándome el alcohol; dejar la droga, gustándome la droga. Y en una relación afectiva malsana y destructiva, decir: “Te amo, pero te dejo”.

¿Cuándo pierde el amor su sentido vital? Al menos, en tres situaciones: primero, cuando no te quieren; segundo, cuando tu realización personal se ve obstaculizada; y, tercero, cuando se vulneran tus principios. Dicho de otra forma: estaré a tu lado siempre y cuando me sienta amada o amado, pueda llevar adelante mis proyectos de vida y no vulneres mis principios y valores. Tres preguntas: ¿Lo cumples? ¿Mantienes tus límites? ¿Negocias lo que no es negociable por amor?

3 comentarios:

  1. Maurice Maeterlinck dijo:El dolor es el alimento esencial del amor; cualquier amor que no se haya nutrido de un poco de dolor puro, muere.
    No vamos a vivir sumergidos en dolor, vivir en pareja tiene sus ventajas,pero muchas veces actuamos por capricho, por creer que merecemos todo,sin contar con la otra persona, construir una relación es estar seguro de los sentimientos propios mas que los del otro pienso! por que al primer problema no voy a echar a correr! no por que no pueda sino por que creo en lo que estoy haciendo, estoy segura de mis sentimiento sin que esto implique que me convertiré en la esclava del otro,ofrecer al otro mis sentimientos mi seguridad ante la vida mis deseos de construir una relación sana y mi respeto para su persona y dejando por sentado que una relación la construyen Dos pero solamente hace falta Una para destruirla.

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  2. Es muy agradable consultar información de contenido en tu blog

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